viernes, 14 de octubre de 2022

Viernes de la XXVIII (20221014)

Si para orar empezamos hoy con la lectura de Pablo, resultaremos impactados desde ella: Hemos sido escogidos y sellados por Dios a través de Jesucristo. Soy elegido y sellado a pesar de mis defectos, mi pecado, mi alejamiento de Dios de vez en cuando y mi incredulidad de que Dios pueda amar a alguien como yo. Avanzar con esta verdad, haber sido elegido y creerlo, afecta mi forma de actuar y moverme en este mundo. Sin temer a nada, ni a la muerte, actuando con total entrega, porque si Quien ha creado la naturaleza entera y nos ha escogido y sellado se preocupa hasta de sus gorriones, ¿no se va a preocupar de nosotros?

Así que vivamos como pueblo elegido, permitiendo que esa realidad sea la fuente de nuestros pensamientos y acciones y de nuevo pidamos “cognoscimiento interno de tanto bien recibido, para que yo enteramente reconosciendo, pueda en todo amar y servir a su divina majestad” y así discernir cómo podría vivir  como elegido por Dios a través de Jesucristo, y que Dios cuide, a través de mí, a mis hermanos.



Padre,

tu nos ha escogido y sellado,

sabemos que eso es

una manifestación de tu amor

por eso no tenemos miedo.

Tu Hijo venció hasta a la muerte.

Contigo no tenemos nada que temer

porque p nunca nos olvidas.

Estás con nosotros y nos conoces.

Contigo rechazamos la mentira y la hipocresía,

rechazamos el secretismo que solo oculta malas intenciones.

Contigo nada se oculta ni se silencia,

porque contigo reina la verdad y la vida plena.

Contigo nos animamos a ser fraternos y solidarios.

Nos animamos a amarnos y perdonarnos.

Contigo alcanzaremos la vida eterna.

Por eso estamos dispuestos

a emplear nuestra vida entera

en bien de nuestros hermanos

llevándoles a ellos

tu amor y protección.


Amén

jueves, 13 de octubre de 2022

Jueves de la XXVIII (20221013)

Profeta no es el que tiene visiones del futuro sino el que, analizando la realidad presente a la luz de Dios, habla en lugar de ese Dios anunciando, denunciando y prediciendo lo que puede pasar, en función de la vivencia del presente.

Por eso, denunciar lo que se opone al Reino de Dios en el presente y anunciar las consecuencias que eso traerá, es molesto para muchos. Rutilio Grande, Mons. Romero, los mártires de la UCA, Karl Rahner, Anthony de Mello, Hans Küng, Leonardo Boff, Ricardo Falla, José María Castillo, Andrés Torres Queiruga, Bernard Haering, Marciano Vidal y tantos otros actualmente,  hasta el mismo papa Francisco, incomodan porque sacan de su zona de confort a muchos. Lo mejor es eliminarlos porque no predican lo que es “correcto”… para muchos. Porque los neofariseos y los neoescribas de la ley se han adueñado de la sabiduría y se han erigido en jueces que justifican, en función de esa “sabiduría” (que, objetivamente, no tiene sustento ni se sabe de dónde puede venirles) los asesinatos o marginación anterior de los profetas y claman por la “necesidad” de que se realicen más marginaciones y hasta asesinatos en la actualidad. Ni entran al verdadero conocimiento de Dios ni dejan entrar porque se han adueñado de las llaves de la sabiduría y pretenden ser ellos los únicos que saben que es “bueno” y que no.


No nos adueñemos de la llaves del Reino y su sabiduría. Abramos mentes y corazones cerrados a todo lo que nos puede sacar de nuestra zona de confort, y escuchemos a la voz de los profetas que nos anuncian que un mundo mejor es posible, un mundo que haga presente en nuestra realidad, el reino de fraternidad, justicia, paz… demandemos “conoscimiento interno del Señor, que por mí se ha hecho hombre, para que más le ame y le siga.”


Padre misericordioso y amoroso,

tú eres el Dios de todos,

no solo de unos pocos “elegidos”.

Ayúdanos a desarraigar nuestras ideas

sesgadas y excluyentes

para que puedas amar

el mundo en su totalidad

en ya través de nosotros.


Ayúdanos a abrir nuestras

mentes y corazones cerrados

a todo lo que nos puede sacar

de nuestra zona de confort,

abrirnos a la voz de los profetas

que nos anuncian que

un mundo mejor es posible,

un mundo que haga presente

en nuestra realidad

tu reino de fraternidad,

justicia, paz…


Eres amor y nos has llamado

a amar a todos nuestros hermanos y hermanas.

Ayúdanos a vivir

vidas de servicio a los demás

y acelerar tu Reino en la tierra.


Amén